RECOMENDADO:
Museo de la Novela de la Eterna y Una novela que comienza de Macedonio Fernández (1874-1952)
–Literatura argentina-
Inclasificable
Escritor, poeta y filósofo, considerado una
figura clave en la literatura moderna y de vanguardia por su manejo único del
lenguaje, con el uso de neologismos y estructuras que contrariaban cualquier
convencionalidad en la escritura. Aunque para muchos ha pasado inadvertido,
incluso como antecesor de la poesía del siglo XX, como un relegado
incomprendido, fue redescubierto por J.L. Borges, al considerarlo su maestro
junto a L. Lugones, elogiado como alguien digno de abordar en la intimidad de
la lectura. Entre los que vieron en él la innovación y originalidad que no
obtuvo ningún sucesor capaz de crear su propia lengua, destacan C. Fuentes, J.
Cortázar –cuya influencia está plasmada en Rayuela, por su carácter
fragmentario y la variada sensorialidad de sus páginas-, J.R. Jiménez, Ricardo
Piglia –especialmente en Prisión perpetua- o R.G. de la Serna.
Afín al estilo coloquial y pensamiento de W.
James, con quien mantuvo una amistad por correspondencia, era un hombre sin
ansias de Ser, pues autoproclamó su inexistencia en la Nada. Tampoco se
preocupó por publicar sus textos -algunos dispersos y recuperados por su hijo-,
ahondando en el absurdo y nuevas formas narrativas con ironía para sí mismo y
la idea de un lector que es partícipe de la creación e integralidad personal de
la obra: esa que le ha otorgado un pedestal solitario y venerable, que opta por
el ocultamiento y el silencio, al margen de la crítica, pese a haber
contribuido en la teoría literaria y experimental de la metaficción, que se
burla de su propio miedo y dolor, con una fijación interior en lugar de una
descripción aparente, obviada en los espacios y personas, procurando
desentrañar los sentidos. Sus libros, como pocos, reflejan el desafío de leer
lo no lineal.
@Juliiann0
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