RECOMENDADO:
Libro
V y selección del VII de la Antología Palatina
Poesía
–literatura griega y latina-
La antología palatina es un compendio de epigramas poéticos de breve envergadura, partiendo desde la antigua Grecia hasta el periodo Bizantino, donde cada poeta, muchos de ellos desconocidos y otros de los que poco o nada se sabe, abordaba multiplicidad de temáticas que trastocan lo efímero de las emociones, el espacio irredimible del misterio o las desgracias y la vida, cuya fortuna era un designio inesperado de los dioses. Estos epigramas fueron una constante en la literatura griega y en autores posteriores al imperio romano.
El libro V comprende el amor, desde la perspectiva de las atrocidades que despersonifican al hombre al ser dominado, al igual que los dioses, por la flecha de Eros, pues su veneno conducía a un frenesí irracional ante el objeto del ser amado. Esta divinidad de apariencia angelical se convierte en un tirano sobre los sentidos al imponer su poderío implacablemente respecto a la pulsación primitiva de los mortales. Es un pequeño alado que discurre en silencio hasta que asalta por sorpresa con su locura, la cual refleja como una pasión desbordada sobre la belleza de la carne y el horror de perder aquello que palpita desenfrenadamente en nuestros corazones. Su encanto se perpetúa con el dolor, mientras que el amor se desvanece como un suspiro en medio de los agitados embates del placer. En esta obra figura el viviente deseo del vino, que enajena el sano juicio, y la recurrencia erótica en los confines de lo prohibido.
El libro VII comprende la muerte, inscripciones que fueron concebidas a través de la ficción de héroes o animales que inspiraban gran afecto, epitafios que traslucen en las sombras, en memoria de los recintos que guardan un recipiente capaz de figurar a quien en vida cultivó el odio o el amor, la admiración o el rechazo, el misterio o la indiferencia. En cada línea denota ese distanciamiento sobre la concepción de un más allá bajo la premisa de la inmortalidad, aunque hay algunos vestigios que auguran algo distinto, ya que el Hades convierte las nupcias funerarias en silencio absoluto. La consolación sobre aquellos que a temprana edad se eximieron del sufrimiento, y el lamento de quienes permanecen en pie, susceptibles al recuerdo, al dolor de la ausencia por el arrebato de las Moiras y la imposibilidad de acariciar con gesto amable las mejillas que antes se teñían de rubor y ahora son consumidas por los gusanos que infestan la carne con su hedor a muerte.
@Juliiann0
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