RECOMENDADO:
Libro de los viajes o de
las presencias de Fernando González Ochoa (1895-1964)
Inclasificable
–literatura colombiana-
Escritor y filósofo, fue
uno de los intelectuales más originales de Latinoamérica, admirado por M. de
Unamuno, G. Mistral, Azorín y T. Wilder; en 1955 se dijo que este último junto
a J.P. Sartre lo sugirieron al Premio Nobel de Literatura. Censurado por la
iglesia católica al considerarlo como herético y blasfemo, concibió una obra
excepcional, que confluye en una multiplicidad de géneros inmersos en una filosofía
que veía más allá del Ser, además influyó determinantemente en otros de los
pensadores más destacados de la historia de Colombia: E. Zuleta y G. Arango,
quien dio origen al movimiento Nadaísta. Y aunque sus libros fueron relegados
al olvido, su expresión embriagadora ha logrado seducir a las nuevas
generaciones.
Este libro de 1959 es la concepción del silencio que
mantuvo El Brujo durante casi 20 años, tras un prolífico ejercicio escritural
que quedaría estático al publicar El maestro de escuela en 1941. Cuando la
sensación de soledad posó sus manos sobre su hombro, cercanas a la muerte que
había arrebatado de su vida a uno de sus hijos y su hermano, al regresar a
Envigado es el momento donde surgen las presencias que inspirarán su viaje por
el divagar nocturno de sus ideas, sus pasiones, su Yo con la intimidad de su
espíritu. En su esencia, el misterio que suscita el desconcierto causado por el
dolor y una crisis existencial, que le haría dudar sobre la filosofía
conceptual que fija lo abstracto como Cosa, la experiencia y el cuestionamiento
incesante le llevaría a desarrollar con mayor madurez y sobriedad, pese a la
aparente alucinación por la dualidad que despierta nuevamente la imagen de L.
Ochoa y Manjarrés, esta especie de tratado metafísico.
@Juliiann0
No hay comentarios:
Publicar un comentario